©Marta Balbi: "Sagrado Sol"
Los pueblos del NOA que preservaron las enseñanzas de Tihuanaco antiguo adoraban a Indra, Dios Védico, conocido también como Vayu. Su elemento es el aire. Es el dios de las tormentas. Aunque se le considera Rey de los Dioses, se dice que su gobierno solo dura cien años Divinos, al término del cual puede sucederlo otro Dios o hasta un hombre mortal. Indra es el dios del firmamento, en cuyas manos se haya el trueno y el relámpago y por cuya voluntad caen las refrescantes lluvias que hacen a la tierra fructífera. En algunos himnos se hace mención de él como hermano gemelo de Agni, el Fuego, y por consiguiente hijo del Cielo y la Tierra. En cambio en otros dice que el cielo y la tierra fueron creados por Él. Es rey de los dioses. Es también el Dios de los guerreros. El hogar de Indra era denominado el "cielo de Indra" . Allí era donde los hombres buenos deseaban llegar cuando muriesen, como premio a una vida santa. Claro que la estadía en este cielo era corta por cuanto debían volver de nuevo a la Tierra. El cielo de Indra está ubicado en el monte Merú, una especie de Paraíso con hermosos jardines, casas para los visitantes, hermosas ninfas, música, etc. En las figuras a menudo se lo representa como un hombre con cuatro brazos y manos; con dos de ellos sujeta una lanza, en la tercera lleva un rayo y la cuarta está vacía. A veces se le representa también con solo dos brazos y con ojos por todo el cuerpo, siendo llamado entonces Sahasraksha (el de los mil ojos que todo lo ven, capaz de castigar a los trasgresores). Se le suele pintar montado en el maravilloso elefante Airavata, que fue creado batiéndo el océano, y llevando un rayo en su mano derecha y un cuenco en la izquierda.
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