Cuando un hombre muere a su viuda se le rasura el cabello, y ha de llevar un paño tejido con fibras de caraguatá, de color rojo y negro, que le cubra la cabeza a manera de capucha, y que le caiga desde los hombros hasta el pecho; hasta que vuelva a casarse, y si no lo hace, por el resto de su vida.
Cuando un abipón queda viudo también se rasura el cabello y usa una gorra tejida de lana, cuya trama semeja una red, para dar testimonio de su duelo.
Los varones se sacan la gorra en cuanto les crece el primer cabello.
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